21 mar 2010

Desde una distancia


Desde una distancia infinita que nos separa te veo, a tan sólo pocos metros de mí.

Me pregunto qué será de ti, me pregunto si encontraste lo que buscabas. Tu mirada parece decir que aún no, pero que te mantienes optimista en tu búsqueda.

Desde aquí me pregunto qué demonios nos separó. Me paseo una y otra vez por esas mismas situaciones que por alguna razón me rehuso a entregarle de una buena vez al tiempo y al egoismo del olvido.

A todas estas tu sonrisa no cambia, desde acá la puedo ver con claridad. Tus hábitos se mantienen constantes. Sigues pidiendo tu café bien oscuro en las mañanas, odias eso de levantarte temprano. Y, por lo que veo, aún no te resignas a deshacerte de ese viejo maletín que tanto te gusta.

Desde donde tu estás no me ves, y desde donde yo me encuentro me las arreglo para hacerme invisible. Y es que prefiero que pienses que fácilmente te olvidé, que vivir el agonizante miedo de saludarte, y por primera vez sentir tu indiferencia.
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